domingo, 19 de junio de 2011

La invisible brecha de la comprención

Comprender… ¿Qué es comprender?

En qué momento logramos ponernos en tal sintonía con las cosas o las personas que llegamos a la comprensión. Me pregunto esto, ya que hay una brecha casi invisible pero allí está esperando ser notada entre las palabras malinterpretadas “comprender” y “entender”.

No seamos presuntuosos y hablemos de comprender todo y las palabras.

Comprender lleva una carga mucho más emocional. Entender tiene mucho de racionalidad, tiene mucho de objetividad, tiene mucho de conciencia. Comprender va millones de años más allá. Lograr una comprensión es casi como ponerse en comunión con lo que se entiende.

Aquel que sea comprendido debería poder quedarse tranquilo, porque casi como que fuera osmosis, quien comprende se ha puesto los zapatos del comprendido y ha podido mirar el mundo con los ojos del otro. Ni esto logra totalmente describir los que es verdaderamente “comprender”.

Tiene mucho que ver que no comprendo lo que es comprender, solo entiendo que no es igual a entender y que valga la redundancia.

Pero no se le debe quitar merito al intento de comprender. Incluso puede que comprender no sea parte de este mundo y tal como Platón hablaba alguna vez, la comprensión por tomar su discurso y trasladarlo aquí, solo podría producirse en el mundo inteligible. Por lo tanto quienes intenten y se pierdan en el camino de la comprensión son merecedores de un trofeo espiritualmente exquisito, porque se han acercado a la verdad más allá del entendimiento y más acá de la comprensión.

viernes, 17 de junio de 2011

Puedo escribir sobre lo que no conosco

Demosle vida a las almas para que vuelen lejos.

Respiremos hondo y liberemos nuestras pasiones.

Podemos gritar y reír, porque estamos solos

y el blanco de fondo no te reprimirá nada.

Puede usar tu imaginación y transportarte aquí y lejos

Puedes juntarte conmigo y yo te haré compañía.

Puedes coger mi mano y yo apretare la tuya.

Puedes besarme y terminar riendo…

Podemos mirarnos y tocar el hielo.

Puedo ver las cosas atreves de tus ojos

Y te daré los míos para que sepas cómo soy.

Puedo sentir tu cabello entre el piso blanquecino y mi mejilla.

Correré y me alejare y te dejaré.

Primero te besaré.

Puedo escribir sobre lo que no conozco.

Puedo presentir los actos y los roces.

Puedo presentir el lugar.

Y puedo sentir la emoción que me dio.

jueves, 16 de junio de 2011

¿Quieres saber cómo soy, en verdad?

La verdad de las situaciones de la vida es que realmente las personas no desean conocer a nadie tal cual es.

Esas cosas que piensa son las que realmente lo hacen a uno, pero nadie se pregunta por esas cosas, y cuando se llegan a escapar como un suspiro de los labios el entorno se extraña.

Creo, que la verdad es eso que uno se guarda. Puedo desear que se vaya alguien, pero me calmo, tolero y callo porque eso es lo que debo hacer, eso es lo socialmente aceptable.

Las sonrisas, los “gracias” y los “de nada” son realmente un molde. Todos podemos meternos al molde de chocolates y sonreír y agradecer y ser humildes. Practicar la humildad no es lo mismo que ser humilde. Así mismo es con lo demás. Ser practicar el respeto no es lo mismo que ser respetuoso, en vez de eso, si no soy en esencia respetuoso puedo ser mojigato, como se dice en el buen chileno.

Practicar la sinceridad no es lo mismo que ser sincero… pero para ser menos rígida y darle (y darme) al pobre ciudadano de este planeta la oportunidad de no ser más que una bolsa contenedora de carne y huesos, creo que podemos ser sinceros en potencia y así mismo con lo demás. Humildes en potencia, respetuosos en potencia. Y todo esto para ser más exacta y no armar malos entendidos hablando de la esencia misma de la personalidad de cada persona y los valores integrados.

También aclaro que soy una potencialmente humilde mortal con ensañes hacia ciertos temas y que hoy, especialmente hoy a sido un dia negro. Hablo desde mi herida, mi reproche y mi mas profunda y subjetivamente objetiva opinión (¿o debería ser objetivamente subjetiva?)

Ya perdió el caracter de Confesión

Puede que dentro de mí y no digo muy porque no creo que este muy escondido, me guste estar triste porque lo veo como una razón para escribir, algo así como un plus además.

Tengo tan gravado en la mente que los artistas son personas excéntricas y bipolares que sufren por la existencia misma y filosofan sobre el motivo de la vida propia que yo misma logro deprimirme para llegar a un estado de éxtasis en la escritura. Catarsis quizás.

Pero no puedo dejar de caer o sentirme caer en la mundicia de lo que esto significa. Esto no quiere ser nada más que una vil copia de los grandes escritores excéntricos que triunfaron una vez.

No es como que me pierda en ilusiones y hasta olvide la realidad y me sumerja y no escape de un cuento en mi mente. O quizás sueñe cosas extrañas… si la verdad hace mucho que no sueño.

Tengo tantos deseos de ser una gran escritora apasionada y llena de metáforas y respuestas ocultas sobre la solución a la vida entre líneas, que caigo en la monotonía y la falta de originalidad.

Podrían decirme que escribo bien, como me lo han dicho, pero si alguien con sentido de la literatura y conocimientos gramaticales me leyera lo más seguro es que reprobaría todo tipo de alabanzas que haya pensado de antemano.

Solo queda decir que de muchos seres humanos, o sea todos, yo soy una escritora en potencia, tal y como un humano cancerígeno en potencia. Todos tenemos cáncer, solo falta algo que lo active. En resumen. Estoy en las mismas circunstancias que todos.

Mi gran pesar no solo es lo anterior, sino que no puedo escribir complicado.

Hablo sobre contradicciones; disonancias en emociones y pensamientos para nada que pueda costar trabajo descubrir, solo entender. No se comprende y por eso escojo bien mis palabras, sino que solo puede entenderse. Alguien que no lo haya vivido no puede comprender lo que es sentir algo asi… solo puedo pasar mis escritos a un principiante ignorante lleno de frustración, para que pueda comprender mis palabras. Un inexperto… ya encontré la palabra, esa que había perdido entre vuelta y vuelta por té; fracasado. Solo puedo pasar mis escritos a un escritor fracasado, solo el podrá comprender mis palabras escogidas con pinzas, y mi desencanto al compararme con un escritor fracasado. Estamos en las mismas circunstancias.

Esto querida, ni principios tenia de ir parar a tus ojos… como te darás cuenta a tus manos es inalcanzable en estos momentos. Tampoco tengo la intención.

Creo que de alguna manera, tú puedes llegar a conocerme como ni yo me conozco. Eres un misterio para mí como para ti. Sabes casi por instinto lo que si prefieres y lo que no. Pero nada que me puedes explicar con palabras sino más bien con actos.

Es un lento proceso.

Mi idea, jamás fue escribirte una carta, así que no lo tomes como eso, mas bien, como una confesión. Es confesión porque fluye de mis dedos para mí, pero en un arranque de racionalidad y esperanza te la haré llegar solo para que te enteres de lo que pienso. O sea, me conozcas.

Esto algo que iba muy para mí y nadie más… bueno quizás alguien que pueda analizarlo y a cualquier escritor fracasado. Pero claro, si sigo hablando de a quien irá a parar esto, nadie querrá leerlo, no con el fin que yo querría.

Si, la verdad que si me siento especial, puede que por eso me exija tanto… y asi mismo es como les exijo a los demás. Busco a coherencia en todo, no puedo perder los estribos, sentir mi suelo es lo primordial, pero para escribir necesito estar sumergida en un mar tormentoso y lleno de lágrimas. Emociones descontroladas! Eso es lo que quiero, incluso la alegría me hace llorar, todo puedo acabarlo en llanto, solo si me logra remecer el alma ¿o es el espíritu?

Creo que puedo sacarle mucho potencial a creerme especial. Esto de sentirte una entre el común de la gente puede darte cierta originalidad y puedes llegar a ser innovador.

La verdad es que también tengo cierta arrogancia, que surge con mayor grado cuando escribo y sobre todo cuando al final de cuentas pienso en hacerle llegar a alguien lo que estoy escribiendo. Casi puedo sentirme orgullosa de que todo esto que escribo nadie lo podrá entender… y aquí, hay algo escondido, pero como este texto ya no es mío, sino que tendrá dueño me lo guardaré para mi y solo para mi. Y aprovecho a decirle a quien tendrá el placer de leer esta exquisita escritura llena de rasguños que no piense en averiguar aquello ya que no lo diré (aquí aparece mi arrogancia).

Por lo tanto, se puede inferir y esto ya se volvió totalmente una dedicatoria, que este escrito ya perdió el carácter de confesión. Este texto, fue confesión hasta que tuve la idea de enviarlo a alguien. No esta exento de sinceridad pero también tiene de cierta censura. Bueno, supongo que no quiero ser un libro abierto de todos modos.